No hay duda de que la exfoliación es una parte esencial de cualquier rutina de cuidado de la piel, pero es posible que tengas dudas sobre qué tipo de fórmula debes utilizar. ¿Qué tipo es el adecuado? ¿Hay uno que sea mejor que el otro? Para esto no existe una respuesta única para todos, por lo que te proporcionaremos todo lo que necesitas saber para tomar la decisión correcta.
¿Qué es la exfoliación física?
Los exfoliantes físicos a menudo se ven en forma de cremas y geles con pequeños gránulos, como azúcar, cáscaras de nueces, sal o café, para eliminar físicamente las células muertas que pueden hacer que la piel se vuelva opaca y escamosa u obstruya los poros. Si eres amante del el cuidado personal, probablemente sepas que muchos de los exfoliantes de farmacia comunes y corrientes pueden ser demasiado agresivos y, a veces, pueden causar microdesgarros. Por eso es importante elegir una opción que esté formulada para ser suave e hidratante.
¿Qué es la exfoliación química?
Los más comunes son los AHA (alfahidroxiácidos), los BHA (betahidroxiácidos) y los PHA (polihidroxiácidos). Los AHA son solubles en agua, por lo que realmente no entran en los poros para limpiarlos, pero lo que pueden hacer es descomponer las células muertas y mejorar la textura y el tono desigual.
Los BHA son solubles en aceite, lo que significa que penetran en los poros para eliminar el sebo. También son antiinflamatorios, antibacterianos y especialmente buenos si tienes puntos negros y brotes.
Al igual que los AHA, los PHA (polihidroxiácidos) también eliminan las células muertas, pero debido a que tienen un peso molecular mayor, no penetran tan profundo y, por lo tanto, son más suaves con la piel sensible.
Cómo elegir el mejor método y producto para ti
¿Tu piel es sensible?
Este tipo es, por mucho, una de las más difíciles de tratar, hasta el punto de que, no es raro que quieras saltarte la exfoliación por completo. El truco aquí es elegir fórmulas que también tengan ingredientes nutritivos, curativos y profundamente hidratantes.
¿Tienes acné?
Podrías pensar que tener acné no debería afectar tu exfoliación en absoluto, pero eso no es del todo cierto. Recuerda, el acné es una infección. El uso de un exfoliante físico fuerte cuando tienes brotes activos puede propagar la infección y causar más acné, ya que puedes tener pequeños desgarros y lastimarla. En su lugar, prueba con un exfoliante quimico que contenga una fórmula con BHA para ayudar a limpiar los poros, así como ácido láctico y ácido glicólico para exfoliar y suavizar aún más el cutis.
Debes ser muy cautelosa al momento de elegir el producto. Busca ingredientes que se centren en las preocupaciones de tu piel. Como se mencionó anteriormente, debido a que los BHA son solubles en aceite, un exfoliante químico con una forma del ingrediente será lo mejor si tienes acné o puntos negros.
Además de mejorar la piel opaca y escamosa, el ácido glicólico también puede ayudar a tratar las líneas finas y las arrugas debido a su capacidad para estimular la producción de colágeno. El ácido láctico tiene propiedades para retener la humedad, lo que es especialmente útil si tienes piel seca.
Los ingredientes de apoyo en un exfoliante también pueden ayudar a encontrar la fórmula perfecta. Por ejemplo, manteca de karité, aceite de semilla de jojoba, te verde, o vitamina, ayudará a contrarrestar cualquier sensibilidad en el cutis.
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